195 research outputs found

    Foodborne Infections and the Global Food Supply: Improving Health at Home and Abroad

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    In recent years, fourteen percent of the U.S. food supply has been imported from other countries, including many fresh and perishable foods. Although most outbreaks of illness and individual cases are related to foods from the United States, large and unusual outbreaks have been traced to imported foods that were likely contaminated in the country of origin. Investigation of these outbreaks requires collaboration across several disciplines as well as across international borders. Successful investigation can not only control the original problem, but can also inform public authorities in both countries about the need for strategies to prevent similar outbreaks from happening in the future. Production of perishable foods in the developing world brings particular challenges because of the deficiencies in basic sanitation and hygiene and other elements of public health that Americans take for granted. The public health infrastructure in such countries is critical to identifying and controlling foodborne and waterborne challenges before they affect exported foods, and strengthening such infrastructure is an important part of general development efforts. Strategies to improve the health of the workers and rural populations in those countries and to increase the capacity of public health and food safety systems are likely to have long-term benefits to health in those countries, as well as preventing infections in the countries to which they export

    Linking Illness to Food: Summary of a Workshop on Food Attribution

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    To identify and prioritize effective food safety interventions, it is critical not only to identify the pathogens responsible for illness, but also to attribute cases of foodborne disease to the specific food vehicle responsible. A wide variety of such “food attribution” approaches and data are used around the world, including the analysis of and extrapolation from outbreak and other surveillance data, case-control studies, microbial subtyping and source-tracking methods, and expert judgment, among others. The Food Safety Research Consortium sponsored the Food Attribution Data Workshop in October 2003 to discuss the virtues and limitations of these approaches and to identify future options for the collection of food attribution data in the United States. This discussion paper summarizes workshop discussions and identifies challenges that affect progress in this critical component of a risk-based approach to improving food safety.foodborne illness, food attribution, outbreaks, case-control studies, microbial fingerprinting, microbial subtyping, FoodNet

    Cólera epidémico en el nuevo mundo: traduciendo la epidemiología de campo en nuevas estrategias de prevención

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    El cólera, una devastadora enfermedad diarreica, se ha difundido a través del mundo en pandemias recurrentes desde 1817. La séptima y la pandemia en proceso comenzaron en 1961 cuando el biotipo El Tor de Vibrio cholerae O1 surgió en Indonesia. Esta pandemia se diseminó a través de Asia y Africa y finalmente alcanzó América Latina al inicio de 1991 (1). Después de epidemias explosivas en la costa del Perú, se esparció rápidamente y continúa a lo largo de América Latina. A causa de la sub información, los más de 1.000.000 de casos de cólera y 10.000 muertes informadas en América Latina desde 1994 representan solamente una fracción pequeña del número real de infecciones. La caracterización molecular de V. cholerae O1 de cepas desde el Perú han mostrado que no se comparan con cepas de ninguna otra parte en el mundo; por lo tanto, la fuente de las cepas epidémicas Peruanas permanece desconocida. Además, otras cepas han aparecido en América Latina. Por lo menos una de estas, resistente a múltiple drogas antimicrobianas, fueron primero identificadas en México y en otras partes del mundo a mediados de 1991 y ha sido diseminada ampliamente a lo largo de Centroamérica. La introducción de cepas en áreas nuevas ilustra el traslado global rápido de patógenos. V. cholerae O139 Bengal, que surgió como una causa nueva de cólera epidémico en Asia en 1992, podría aparecer también en América Latina. Tales introducciones no son fáciles prevenir, porque ellas pueden seguir la llegada de viajeros que no son conscientes de su infección o de buques que llevan agua contaminada de lastre. La llave para controlar el cólera epidémico consiste en limitar su diseminación tomando las medidas que prevengan su transmisión continua. Una medida podría ser el uso de una vacuna efectiva y barata para brindar protección duradera; sin embargo, tal vacuna aún no existe, aunque se está progresando en el desarrollo de ella. Otra medida es interrumpir la transmisión de modo que el organismo causante nunca alcance al hospedador humano. Este enfoque a la prevención exitosamente controló muchas enfermedades epidémicas en el mundo industrializado, incluyendo el cólera, la fiebre tifoide, plaga, y malaria, antes que las vacunas o los antibióticos fueran desarrollados. Sobre el último siglo, una gran infraestructura de ingeniería, construida en naciones industrializadas, ha brindado el tratamiento seguro de efluentes y agua para casi toda la gente en estas naciones y ha hecho la transmisión de cólera en esos países sumamente improbables. A pesar de casos esporádicos a lo largo de la Costa de Golfo de EE.UU. y una repetida introducción de los organismos por viajeros, el cólera epidémico no ha ocurrido en los Estados Unidos desde el siglo diecinueve.Facultad de Ciencias Veterinaria

    Cólera epidémico en el nuevo mundo: traduciendo la epidemiología de campo en nuevas estrategias de prevención

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    El cólera, una devastadora enfermedad diarreica, se ha difundido a través del mundo en pandemias recurrentes desde 1817. La séptima y la pandemia en proceso comenzaron en 1961 cuando el biotipo El Tor de Vibrio cholerae O1 surgió en Indonesia. Esta pandemia se diseminó a través de Asia y Africa y finalmente alcanzó América Latina al inicio de 1991 (1). Después de epidemias explosivas en la costa del Perú, se esparció rápidamente y continúa a lo largo de América Latina. A causa de la sub información, los más de 1.000.000 de casos de cólera y 10.000 muertes informadas en América Latina desde 1994 representan solamente una fracción pequeña del número real de infecciones. La caracterización molecular de V. cholerae O1 de cepas desde el Perú han mostrado que no se comparan con cepas de ninguna otra parte en el mundo; por lo tanto, la fuente de las cepas epidémicas Peruanas permanece desconocida. Además, otras cepas han aparecido en América Latina. Por lo menos una de estas, resistente a múltiple drogas antimicrobianas, fueron primero identificadas en México y en otras partes del mundo a mediados de 1991 y ha sido diseminada ampliamente a lo largo de Centroamérica. La introducción de cepas en áreas nuevas ilustra el traslado global rápido de patógenos. V. cholerae O139 Bengal, que surgió como una causa nueva de cólera epidémico en Asia en 1992, podría aparecer también en América Latina. Tales introducciones no son fáciles prevenir, porque ellas pueden seguir la llegada de viajeros que no son conscientes de su infección o de buques que llevan agua contaminada de lastre. La llave para controlar el cólera epidémico consiste en limitar su diseminación tomando las medidas que prevengan su transmisión continua. Una medida podría ser el uso de una vacuna efectiva y barata para brindar protección duradera; sin embargo, tal vacuna aún no existe, aunque se está progresando en el desarrollo de ella. Otra medida es interrumpir la transmisión de modo que el organismo causante nunca alcance al hospedador humano. Este enfoque a la prevención exitosamente controló muchas enfermedades epidémicas en el mundo industrializado, incluyendo el cólera, la fiebre tifoide, plaga, y malaria, antes que las vacunas o los antibióticos fueran desarrollados. Sobre el último siglo, una gran infraestructura de ingeniería, construida en naciones industrializadas, ha brindado el tratamiento seguro de efluentes y agua para casi toda la gente en estas naciones y ha hecho la transmisión de cólera en esos países sumamente improbables. A pesar de casos esporádicos a lo largo de la Costa de Golfo de EE.UU. y una repetida introducción de los organismos por viajeros, el cólera epidémico no ha ocurrido en los Estados Unidos desde el siglo diecinueve.Facultad de Ciencias Veterinaria

    Cólera epidémico en el nuevo mundo: traduciendo la epidemiología de campo en nuevas estrategias de prevención

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    El cólera, una devastadora enfermedad diarreica, se ha difundido a través del mundo en pandemias recurrentes desde 1817. La séptima y la pandemia en proceso comenzaron en 1961 cuando el biotipo El Tor de Vibrio cholerae O1 surgió en Indonesia. Esta pandemia se diseminó a través de Asia y Africa y finalmente alcanzó América Latina al inicio de 1991 (1). Después de epidemias explosivas en la costa del Perú, se esparció rápidamente y continúa a lo largo de América Latina. A causa de la sub información, los más de 1.000.000 de casos de cólera y 10.000 muertes informadas en América Latina desde 1994 representan solamente una fracción pequeña del número real de infecciones. La caracterización molecular de V. cholerae O1 de cepas desde el Perú han mostrado que no se comparan con cepas de ninguna otra parte en el mundo; por lo tanto, la fuente de las cepas epidémicas Peruanas permanece desconocida. Además, otras cepas han aparecido en América Latina. Por lo menos una de estas, resistente a múltiple drogas antimicrobianas, fueron primero identificadas en México y en otras partes del mundo a mediados de 1991 y ha sido diseminada ampliamente a lo largo de Centroamérica. La introducción de cepas en áreas nuevas ilustra el traslado global rápido de patógenos. V. cholerae O139 Bengal, que surgió como una causa nueva de cólera epidémico en Asia en 1992, podría aparecer también en América Latina. Tales introducciones no son fáciles prevenir, porque ellas pueden seguir la llegada de viajeros que no son conscientes de su infección o de buques que llevan agua contaminada de lastre. La llave para controlar el cólera epidémico consiste en limitar su diseminación tomando las medidas que prevengan su transmisión continua. Una medida podría ser el uso de una vacuna efectiva y barata para brindar protección duradera; sin embargo, tal vacuna aún no existe, aunque se está progresando en el desarrollo de ella. Otra medida es interrumpir la transmisión de modo que el organismo causante nunca alcance al hospedador humano. Este enfoque a la prevención exitosamente controló muchas enfermedades epidémicas en el mundo industrializado, incluyendo el cólera, la fiebre tifoide, plaga, y malaria, antes que las vacunas o los antibióticos fueran desarrollados. Sobre el último siglo, una gran infraestructura de ingeniería, construida en naciones industrializadas, ha brindado el tratamiento seguro de efluentes y agua para casi toda la gente en estas naciones y ha hecho la transmisión de cólera en esos países sumamente improbables. A pesar de casos esporádicos a lo largo de la Costa de Golfo de EE.UU. y una repetida introducción de los organismos por viajeros, el cólera epidémico no ha ocurrido en los Estados Unidos desde el siglo diecinueve.Facultad de Ciencias Veterinaria

    A new strategy for waterborne disease prevention

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    In many parts of the developing world, drinking water is collected from unsafe sources and is further contaminated during storage in household vessels. We have developed a simple, inexpensive system for point-of-use disinfection and storage of water which has 3 elements: for disinfection, a sodium hypochlorite solution produced from water and salt using appropriate technology; for safe storage, a 20-litre plastic vessel with a narrow mouth, lid, and spigot (referred to hereafter as the special vessel); and community education to ensure proper use of this system and to teach populations about the association between contaminated water and disease (Mintz, 1995). A field test of this system in El Alto, Bolivia, demonstrated a high level of acceptance among impoverished Aymara Indian families (Quick, 1996). Stored water in households that used the system had lower levels of contamination with E. coli than water in households that used their traditional storage systems. A second field test among vendors in the markets of Guatemala City, Guatemala, showed that there were lower levels of contamination with fecal coliform bacteria in samples of stored water and beverages from vendors using this system than from vendors not using this system (Sobel, 1997). Two field trials have been conducted in the past 3 years to test the effectiveness of this system in preventing diarrhea and its sustainability on a large scale

    Ebola virus disease: What clinicians in the United States need to know

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    In March 2014 the World Health Organization was notified of an outbreak of Ebola virus disease (EVD) in the forest region of Guinea. Over the subsequent 8 months, this outbreak has become the most devastating Ebola epidemic in history with 21,296 infections and 8,429 deaths. The recent introduction of Ebola into noncontiguous countries including the United States from infected travelers highlights the importance of preparedness of all healthcare providers. Early identification and rapid isolation of patients suspected of being infected with Ebola virus is critical to limiting the spread of this virus. Additionally, enhanced understanding of Ebola case definitions, clinical presentation, treatment and infection control strategies will improve the ability of healthcare providers to safe care for patients with Ebola virus disease

    Deer Meat as the Source for a Sporadic Case of Escherichia coli O157:H7 Infection, Connecticut1

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    We report a case of Escherichia coli O157:H7, which was acquired by eating wild White-Tailed deer (Odocoileus virginianus). DNA fingerprint analysis verified venison as the source of infection. This pediatric case emphasizes the need for dissemination of information to hunters regarding the safe handling and processing of venison
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